Los suelos de la cocina y los baños, soportan un trato diario que necesitan soportar. Tienen que sufrir elementos como el agua, productos abrasivos, grasas, etc, por eso deben ser resistentes y antideslizantes, para evitar accidentes.
Las baldosas que se comercializan en el mercado están fabricadas para permanecer inalterables y no perder sus propiedades.
Porcelánico:
Dentro de las baldosas disponemos de materiales como la cerámica y el gres porcelánico.
La experiencia de muchos profesionales, afirma la extrema dureza del material porcelánico y su dificultad para ser taladrado cuando hay que sujetar un elemento, llegando incluso a quemar las brocas de los taladros. Para taladrar el porcelánico necesitaremos brocas de tungsteno, ya que las normales no nos servirán. Sin embargo, utilizando brocas normales y enfriando la punta con agua cada poco tiempo, es propable poder atravesarla.
Cortar las piezas resultará difícil, debido a su dureza, poca porosidad y estructura compacta de su esmalte de terminación.
Microcemento:
Mención especial tiene, por su auge e implantación, el microcemento, siendo un material que equilibra desniveles, no tiene juntas de unión por ser un material continuo y mantiene su dureza.