Hace tiempo que he dejado de creer en los partidos y tener mejor consideración hacia las personas. Lo sucedido el 20 de noviembre, significa que hay un nuevo gobierno y al frente otra persona que guiará, entre comillas, el futuro de este país. De todos es sabido que no estamos solos y que dependemos de terceros países y de los mandatos de los mercados.
Francamente me da igual que el nuevo presidente se llame pepito o juanito, con tal de que haya trabajo para todos. Creo que los ideales se dejan a un lado cuando el bolsillo está vacío y nuestras necesidades no están cubiertas. Lo que quieres es que venga alguien y arregle esto.
Como hacen en los toros, con el cambio de tercio, esperemos que el cambio de gobernante, gobierne a partir de ahora con más fortuna o saber hacer, y podamos trabajar para sacar la vida adelante de un modo digno.
Personalmente creo que hemos tocado fondo y el sector de las reformas y la economía en general, tendrá que empezar a mejorar, aunque a buén seguro será muy lentamente.
A todos los que buscan trabajo y a los que lo tienen, solamente decirles que tenemos que empezar a ser optimistas y pensar que no hay mal que dure cien años.
Si vuelve la confianza, los consumidores volverán a gastar dinero y se moverá la economía y el sector de la construcción.
Hemos vivido años de bonanza que eran irreales y ahora toca pisar suelo firme, y no un suelo de barro como lo que teníamos antes bajo los pies.
Estoy de acuerdo. Ahora lo que tenemos que tener es mucha paciencia y saber esperar, pues esto no es cuestión de días o meses, nos va a costar salir de este bache. Pero hay que ser optimistas y mirar hacia el frente.
Demos una pequeña confianza a ver que pasa, el primer paso ya lo hemos dado, ahora hay que esperar a ver cuál será el segundo. Como bien dices no hay mal que dure cien años, y el suelo se irá fortaleciendo hasta convertirse otra vez en asfalto.