Tenemos mayor conciencia en pensar que no todos tenemos la misma movilidad y dentro de los usuarios, los minusválidos son los que más problemas se encuentran a la hora de utilizar el cuarto de baño. Para hacerles la vida más fácil, se adaptan las ciudades, los espacios públicos, privados y las viviendas.
Dentro de la vivienda el cuarto baño se debe reformar facilitando el baño con ducha en el suelo y desague al ras del mismo, de este modo si el usuario debe acceder con silla de ruedas, no tiene escalones que impidan entrar a la ducha. Para colocar la ducha en el suelo, se deben de dar caidas en el suelo hacia el desague, para que no se formen charcos o estancamientos de agua. Por eso es importante que el albañíl prepare la base previa al azulejo, con pendientes apropiadas.
Para evitar filtraciones de agua, la base del suelo y parte de la pared, debe ser impermeabilizada o aislada, para evitar el paso del agua de la ducha al vecino de abajo. Se puede realizar el aislamiento con planchas de plomo, algo en desuso, o con plancha de pvc, flexible, que incorpora la válvula de desague y es más efectiva.
También se debe complementar la ducha con barras de apoyo laterales y sujección, que sirvan de asidero para que en un momento dado la persona se puede poner de pie o agarrarse en caso de falta de equilibrio. Son muchas las formas, medidas y materiales, en los que se fabrican las barras de apoyo, pudiendo adaptarse a cualquier tipo de ducha.
Otro detalle a tener en cuenta será que la ducha sea lo menos deslizante posible, impidiendo delizamientos fortuitos por la mezcla del agua y el jabón.
No obstante, aunque no se trate de baños para minusválidos, cada vez son más quienes preparan los baños pensando en la comodidad de la ducha en el suelo, en las personas mayores o pensando en un futuro, cuando tengamos más problemas para movernos con soltura.